Día de Navidad. Todo tranquilo.
Gracias a la receta de mi madrina el tradicional "Pollastre de Nadal" estará presente en mi mesa para rememorar mis raíces y recordarme todas las cosas buenas que tiene la tierra de mis antecesores. Estoy segura de que no soy la única persona en NYC preparando comida catalana de Navidad. La comunidad catalana en Manhattan es amplia, y hemos conocido ya a bastantes de los que la forman. La semana pasada, por ejemplo, lleno total en la proyección de "Pa Negre" en el Lincoln Center.
Nochebuena cibernética. Nuevos modelos, grandes experiencias.
Espectacular comida-cena de Nochebuena ayer, éramos 3 comensales, pero realmente éramos 13. En nuestra cabecera de la mesa vestida para la ocasión teníamos nuestro Mac, conectado vía Skype a nuestra familia en Barcelona. A este lado del Atlántico, mi madre, Fer y yo. Al otro lado, en la península, mi padre, mi hermana, mi abuela y toda mi familia paterna. Me encantó poder pasar el tiempo de una noche tan especial como si estuviéramos juntos. El único detalle a mejorar... ponernos de acuerdo en los platos a degustar y comer-cenar al mismo tiempo, las mismas cosas y compartiendo la conversación como ocurrió ayer.
Preparando las fiestas. Los mejores momentos.
Salir a otear la decoración navideña...
Disfrutar de las "atracciones" más neoyorkinas...
En definitiva, unas nuevas Navidades, diferentes... pero, por el momento, ¡muy divertidas! Cierto es que he echado mucho de menos a mis sobris... especialmente a Marta, que todavía no la he podido achuchar cibernéticamente. Y a todos vosotros mis queridos amigos, que tantos buenos momentos me habéis dado en algunas Navidades menos felices que estas. Pero así es el camino de esta nueva vida que hemos emprendido.
Veremos que nos depara el año nuevo... Os emplazo hasta entonces, y espero que seáis felices estos días. Especialmente a mis "barriguitas".